viernes, 10 de agosto de 2012

EN UN LUGAR DE LA MANCHA...

          En un lugar de la Mancha, cuyo nombre es Mota del Cuervo pude vivir el pasado fin de semana un triatlón diferente. Un triatlón sumergido en un ambiente festivo, siguiendo las raíces culturales y tradicionales que identifican a las fiestas patronales de los pueblos manchegos.

          Mi presencia por esos parajes fue debida a la invitación de mi compañero de fatigas universitarias y amigo Álvaro López (que aquí le podemos ver posando con la equipación de mi equipo francés después de la competición) a pasar el fin de semana junto a su familia y poder competir y conocer el pueblo y sus fiestas.

         Como es habitual, a mí me gusta dar a mis entradas un toque de reflexión personal basado en mis experiencias, en las que trato de transmitir mis opiniones y sentimientos sin limitarme únicamente a narrar crónicas de carreras. Ésta vez la ocasión no merece menos,  y quiero dar a mi experiencia "Moteña" un doble enfoque reflexivo.

          Por un lado, me gustaría destacar la ilusión e inciativa de un pueblo, por su ímpetu y esfuerzo de estar como organizador a la altura de los deportistas, algo que deberían tomar como ejemplo las grandes empresas privadas de organización de eventos, federaciones, marcas deportivas, etc...
Como podemos ver en las fotos, este tipo de carreras representan las raíces de nuestro deporte desde los tiempos en los que se comenzaron a ver las primeras carreras en nuestro país. Esas carreras en las que no había boxes, ni jueces, ni chips, ni dorsales, ni cronometradores electrónicos, etc...




          En Mota del Cuervo no hubo nada de eso, e incluso la natación se desarrolló en una piscina de 50m con corcheras, pero lo que sí hubo y mucho fue esfuerzo e ilusión por parte de un pueblo para que todo saliera bien y el triatleta se sintiera a gusto y pudiera disfrutar al máximo de la competición.
43 triatletas absolutos tomamos la salida, y hubo una participación de otros 40 aprox. entre categorías inferiores y féminas.

          Con la inscripción (6€), cada deportista que terminara o no la carrera era obsequiado con una medalla, un diploma conmemorativo donde se acreditaba su marca y posición y una bolsa de corredor con camiseta técnica, gorra, barritas energéticas, cheques descuento en algunos establecimientos deportivos de la zona y una botella de vino.
Los premios para los tres primeros clasificados en categoría absoluta fueron 100 € , 75 € y 50 € + 3 botellas de vino a cada uno denominación de "La Mancha" + un molino en miniatura original de la comarca. A la llegada, barra libre de bocadillos, fruta, coca-cola, aquarius, nestea, agua, etc... y avituallamiento de agua en la carrera a pie cada kilometro.

1º, 2º David Peinado, 3º Antonio Molina

          Sinceramente creo que es una simple excusa decir que un organizador no da premios porque estamos en crisis. Es como todo: el que quiere, puede, y hay muchas formas de conseguir colaboradores y patrocinadores no sólo para premiar a los ganadores, sino para asegurar la seguridad del resto sin tener que hacer salidas multitudinarias juntando a cientos de personas en el mismo circuito para evitar que la competición se prolongue y haya que pagar más horas a los trabajadores.

          Mientras los que organicen sigan teniendo la hegemonía, sigan pensando en sacarse el dinero que se sacaban hace 4-5 años y sigan marcando las condiciones sin que las federaciones territoriales impongan su ley en beneficio del triatleta, seguirán dándose casos como los del pasado CTO DE MADRID ÉLITE, PREMIOS ABSOLUTOS: 1 copa a cada uno y pa casa.

La Tráida, Mota del Cuervo
          Y por otro lado, me gustaría cerrar esta entrada destacando un sentimiento que me acompañó durante toda aquella competición. Para mí, éste ha sido un año difícil en el que he tenido que anteponer mis estudios a lo que más me gusta que es entrenar y competir. Quizás es en esas etapas de tu vida en las que más te alejas de aquellas cosas que realmente te hacen feliz, cuando más aprendes a valorarlas y cuando más fácil te resulta sacar conclusiones, y muchas fueron las conclusiones a las que llegué mientras nadaba en esa piscina, mientras surcaba con mi MTB aquellos mares de viñas y corría por esas calles. No importa dónde, ni el tipo de competición que sea, la competición tiene esa "magia" que la hace diferente a cualquier otra cosa. En el momento en el que te marcan un número con un rotulador en el brazo, ya es diferente. En cualquier competición, compites contra tí mismo, es como si entraras en una atmósfera paralela desde el momento en que dan el pistoletazo de salida, es un tiempo en el que estás al margen de mundo exterior, en el que sólo existes tú, donde te concentras en dar lo mejor de tí, en acompasar tu ritmo y tu respiración, en administrar tus fuerzas, en luchar contra aquello que duele, en definitiva, pienso que la competición te hace comportarte con humildad, con entrega, y te enseña a mostrar respeto hacia tí mismo y hacia tus rivales.
He ahí donde está la fuerza, pienso, he ahí donde reside la magia.
Los Ángeles, Dallas, Paris, Port Elisabeth, Holten, Ginebra, Lausanne, Tiszjausvaros, Athlone, Larache, Antalya, Quarteira, Brasschaat, Madrid, ... Mota del Cuervo.
qué más dá??
La magia está presente en todos lados, y es esa magia la que debe hacerte sentir libre.


Saludos desde aquí a todos mis amigos Moteños, y agradecimientos por el trato y cariño recibido esos días, en especial a mis anfitriones, la familia López-Laguía y enhorabuena a Álvaro por cumplir ese objetivo de hacer podium en categoría local.








                        Hasta el año que viene!!!!


2 comentarios:

  1. Grande Dani!
    este año volverás a tus andadas
    a recuperarse!
    un abrazo desde salamanca

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